Al verlo, se arrojó a sus pies, rogándole con insistencia...
...fue a arrojarse a sus pies y le confesó toda la verdad.
(Mc 5, 22-23.33)
Me arrojo a Ti, reconociendo de este modo mi humildad, mi pequeñez, con la certeza de que me vas a ayudar a levantarme, para seguir caminando y confesando la fe.
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